Los anti cuarentena

 Durante la cuarentena estricta, Sofia Pacchi, actriz y modelo, ingresó 65 veces a la residencia de Olivos en el turno noche. Durante la cuarentena estricta, el peluquero de Alberto Fernández, Federico Abraham, ingresó 35 veces en la residencia de Olivos. Durante la cuarentena estricta, dos instructores de Dylan, el perro del presidente, ingresaban dos veces por semana a la residencia de Olivos. Durante la cuarentena estricta, Florencia Peña, Adrián Suar, Marcelo Tinelli y otros miembros de la Asociación Argentina de Actores se reunió en la residencia de Olivos con Alberto Fernández “para sacar adelante la industria”, mientras las industrias se hundían. El 14 de julio del 2020, también durante la cuarentena estricta, la primera dama festejaba su cumpleaños en Olivos, con amigos. El 2 de abril a pocas horas de decir que “la Argentina de los vivos” se había terminado, el presidente festejaba su cumpleaños en la residencia de Olivos, también con amigos. Sí, durante la cuarentena estricta. ¿Te acordás lo que estabas haciendo vos?

  Seguramente estabas encerrado, preocupado porque no ibas a llegar a fin de mes, o porque la plata no te alcanzaba para mantener tu negocio. Quizás estabas rebuscándotelas para ver cómo pagarles a tus empleados o estresado por mantener tu puesto de trabajo. Probablemente te encontrabas chateando con algún familiar al que no veías hace meses, o festejando el cumpleaños de algún amigo por zoom. Tal vez, formas parte de los tantos argentinos que estaban despidiendo algún ser querido a la distancia, porque cara a cara no estaba permitido. Mientras que estabas harto de tener clases virtuales, Dylan tenía instructores a domicilio. Cuando los irresponsables de los “runners” salían a correr por la ciudad, la primera dama recibía a su entrenador personal en Olivos. Y pensar que muchísimos de los atletas que nos representaron en los Juegos Olímpicos de este año, no pudieron entrenar. El que denunció a algún vecino, indignado porque no se respetaban los protocolos, qué pensará ahora que sabe que en la Quinta de Olivos hubo festejos de cumpleaños y visitas nocturnas.

  Ningún sentido tiene hacer deducciones sobre si la causa de determinadas visitas al presidente, tuvieron o no un fin sexual. Eso es darles herramientas para correr el eje de la discusión y ellos saben bien cómo utilizarlas. Creo que el problema principal no es la función que algunos creen que cumplieron las mujeres que visitaron la Quinta presidencial. Esas son suposiciones azarosas e incomprobables que carecen de sentido alguno. Pero si al entorno del presidente realmente le afecta que algunos den por hecho que, por ejemplo, Sofia Pacchi mantenía una relación sexual con el presidente, ¿por qué no explican el motivo de sus visitas a Olivos desde las 3 de la mañana hasta las 6? Sería todo más claro y evitarían que los malintencionados saquen conclusiones apresuradas.

  El verdadero punto es por qué ellos sí y nosotros no. El motivo por el cual algunos acusados justifican su visita podría haberse resuelto en una conversación vía Zoom, como lo hizo cualquier hijo de vecino. ¿Por qué el gremio de actores puede reunirse en plena cuarentena con el presidente y los gastronómicos no? Acá no hay vuelta que darle, después del mensaje que se bajó desde el Gobierno durante toda la pandemia, no hay justificación que valga para semejante incoherencia. El presidente organizó reuniones clandestinas con sede en la residencia presidencial mantenida por todos los ciudadanos. Después de todo, había algunos anti cuarentena que todavía no salían del closet.

  Alberto Fernández empezó la pandemia diciendo que, entre la economía y la salud, él elegía la salud. Hoy tenemos 100.000 muertos, 20.000 pymes fundidas, y 3 millones de nuevos pobres. Fue esclavo de sus discursos populistas y demagogos desde el día uno. A raíz de los ingresos a la Quinta de Olivos, muchos recordaron cuando Fernández decía “los que estén circulando rompiendo la cuarentena, de esos se van a ocupar las fuerzas de seguridad”. También expresó “el problema central son las reuniones sociales, donde la gente se divierte”. En fin, dudo que las fuerzas de seguridad se ocupen de sus divertidas reuniones clandestinas.

  Es una tarea abrumante y cansadora recabar tantas injusticias en tan solo unas líneas. Sin embargo, estas son las exigencias de la Argentina de hoy, donde cada dos días ocurre algún escándalo que en poco tiempo deja de serlo, para ser sustituido por otro. Y así, los escándalos se diluyen en el tiempo y se escapan de nuestra memoria. Cada vez perdemos más dimensión sobre los exabruptos de la política, que hace tiempo que son burdos e inaceptables. Pero la vorágine de la rutina nacional nos impide detenernos demasiado tiempo en alguno en particular, y por lo contrario nos obliga a estar atentos a desenmascarar el próximo.

Por Juan Urien






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