Fuga de Argentinos

   Cuando uno googlea “fuga de cerebros”, encuentra la siguiente definición: fuga de talentos o migración altamente cualificada es la emigración de profesionales y científicos con formación académica universitaria en su país de origen a otras naciones. Sin embargo, cuando uno agrega la palabra: “Argentina” a la búsqueda, se presentan muchas comparaciones de estos últimos años con el 2001.  

     Lo que me llama la atención es lo siguiente, antes las personas se iban por necesidad, por emergencia o porque el país era un caos tan grande que no veían futuro en el mismo. Entonces: ¿qué pasa hoy en día? ¿Por qué nos vamos de nuestro país?. Si bien no hay crisis al nivel del 2001, si hay una gran desconfianza en la institución del estado argentino, que en mi opinión es la fuente principal de nuestros problemas. No se confía en el gobierno ni en los que gobiernan, no se cree en las leyes que nos protegen y no se ve esperanza para un posible cambio. Básicamente no se ve un futuro posible. Contemplan un futuro lleno de incordios en donde es dificultoso cumplir metas de vida como lo es: irse a vivir solo y poder ser el dueño del departamento, poder viajar, un trabajo estable, tener su propio auto, tener una familia, entre otras cosas. Sin embargo, yo tengo la suerte de pensarlo desde una posición privilegiada, pero ¿qué pasa con aquellos que no tienen la misma suerte? Qué pasa con aquellos que tienen como meta de vida, ser el primero en su familia en terminar el secundario o en ir a la universidad o tener un trabajo digno. 

    Mi generación es aquella que sin duda busca modificar la situación en la cual se encuentra nuestro país. Esta revista es ejemplo de eso, un grupo de jóvenes universitarios que se involucran y buscan dar sus opiniones sobre diversos aspectos de nuestro país. 

    Sin embargo, en nuestra vida diaria se escuchan más voces desalentadoras que otra cosa. Aquellas frases típicas como: ¿para qué te gastas?, es todo una mafia, esto no tiene arreglo, etc. ¿Cómo puede ser que las nuevas generaciones deciden quedarse en el país y cambiarlo, cuando tus alrededores te dicen que te vayas? Se escucha en toda la Argentina la necesidad de cambio, que la forma en que las cosas se hacen debe ser diferentes, pero al mismo tiempo nadie genera el tan pedido cambio

    A nosotros, los jóvenes que nos estamos educando, sea en la disciplina que sea, se nos alienta a sacar lo mejor del país e irnos cuando podamos. ¿Acaso eso no nos hace más hipócritas? Aprovecho todo lo que puedo a mi país, el cual tiene una educación pública y privada excepcionales y me voy. 

    Al mismo tiempo, hay que contemplar la realidad laboral tanto del país como del ámbito internacional. No es sorpresa que se busquen a argentinos en el exterior, por la calidad de trabajadores que somos, porque nos enfrentamos a la adversidad, estamos acostumbrados a la inestabilidad y más que nada somos muy vivos o como a mí me gustaría que nos llamen: capaces. Ahora, ¿Por qué no usamos esa capacidad  para poner de pie a la Argentina? ¿Por qué no creamos una nueva argentina? ¿Por qué no nos ponemos al hombro la responsabilidad de pasarla mal unos cuantos años para enredar las cosas y así mejorar el país?. Lamentablemente, se que peco de idealista y que en realidad  es mucho más complejo de lo que yo estoy tratando de describir pero no por eso voy a dejar de decirlo.  

    La realidad es la siguiente: se nos presenta una Argentina herida, inestable, que necesita demasiado esfuerzo de varias generaciones para componerse. Teniendo en cuenta todo lo que eso implica: esfuerzo, probablemente dificultades inmensas, pero al final del día una recompensa que seguramente no disfrutemos nosotros, si no los argentinos del mañana. Ahora la pregunta es: ¿quién está dispuesto a ser el primero?. 

 Azul María Leali 




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