Reformas claves, concesiones a la oposición y cambio de Gabinete: ¿Qué está pasando en Chile?
Este miércoles, Gabriel Boric, presidente de Chile, debió realizar cinco cambios en su Gabinete, en el marco de negociaciones claves con la oposición para la aprobación de dos reformas que el mandatario considera imperantes: la tributaria y la del sistema de pensiones.
Las propuestas del presidente se enmarcan en el documento “Hoja de ruta hacia un pacto fiscal para el desarrollo y bienestar”, que contiene seis lineamientos. El primero es la modernización del sistema tributario, para “entregar garantías” sobre a qué se destinan los impuestos, y avanzar hacia una tributación progresiva, donde paguen más quienes tienen más. El segundo consiste en la afinación de las prioridades del gasto, dirigidas a aumentar las pensiones, reducir las horas de espera en los hospitales, y desarrollar un sistema universal de cuidados. El tercer eje es la mejora de la fiscalización y el cumplimiento de las obligaciones tributarias; mientras que el cuarto refiere al impulso a la mejora de la productividad y la reducción de la informalidad, a través de 38 iniciativas de inversión. El quinto punto señala la necesidad de fortalecer la transparencia del Estado, y el último, de un sistema de monitoreo del cumplimiento de estos compromisos.
Ahora bien: para que el proyecto pase el Congreso, Boric debe negociar con diversos sectores de la oposición, y más particularmente la derecha, agrupada en la coalición Chile Vamos. Sin embargo, como prerrequisito para negociar, estos segmentos le pidieron al presidente que remueva de su cargo a Giorgio Jackson, ministro de Desarrollo Social.
Jackson es un íntimo amigo personal del socialista y su mano derecha, que se vio involucrado en una causa de corrupción, cuando se descubrió el traspaso irregular de 426 millones de pesos en recursos públicos a una fundación sin fines de lucro, que supuestamente realizaba trabajos en barriadas vulnerables. Los miembros de esta organización eran integrantes del partido Revolución Democrática, fundado por el ex ministro.
Con el transcurrir de las semanas, al primer descubrimiento en junio se le sumaron situaciones símiles en casi todas las regiones del país, con montos que superarían los 16 millones de dólares en transferencias de entidades estatales a fundaciones y organizaciones sociales donde también estaban vinculados militantes del partido de Jackson.
El descubrimiento de esta causa fue un nuevo revés para Boric, que ya se había visto afectado por el fracaso del plebiscito constitucional y las elecciones de consejeros constitucionales de este año, donde se impusieron los representantes del derechista Partido Republicano. Pese a que se resistió hasta la última hora en el despido de su amigo, el viernes su mano derecha renunció a su cargo, en lo que parte de los seguidores del presidente vieron como una innecesaria concesión a la derecha.
Si bien desde Chile Vamos habían prometido que la salida de Jackson iba a descomprimir las negociaciones, esto terminó no siendo cierto. Ya concretada la renuncia, aumentaron sus requerimientos, comunicando, vía Twitter: “La UDI está lista para conversar con el gobierno. Para que el diálogo tenga sentido y empatice con lo que piensa Chile, hay un paso que debe dar el gobierno: cambiar sustancialmente los malos proyectos refundacionales de reforma que ha sustentado”.
Por Martina Pereyra
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