Breve historia y actualidad
Las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) tienen su origen en el año 2009, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, al sancionarse la Ley N° 26.571 de “Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral”. Allí, el Título II promulgó las llamadas PASO.
El proyecto de ley ingresó a principios de noviembre de aquel año y el 18 de ese mes la Cámara Baja aprobó la reforma con 136 votos a favor. En la Cámara Baja, se convirtió en ley en la última sesión del año, en diciembre del 2009, con 42 votos a favor.
Analizando con perspectiva histórica, en la Argentina existieron algunos antecedentes. Uno de los primeros fue la Ley N° 23.298 del año 2002 que establecía un sistema similar de internas obligatorias, pero luego fue derogada. Situación similar sucedió en la provincia de Santa Fe, en el año 2005, donde se estipulaba una norma de aquella magnitud para realizar primarias.
A pesar de todo ello, dos de los hitos principales acerca de las internas fue anterior a estos hechos: en 1998 Fernández Meijide y de la Rúa protagonizaron en la Alianza una gran primaria que según muchos analistas fue uno de los puntapiés para ilustrar el éxito de una reforma de este estilo a nivel nacional para todos los partidos políticos. O incluso antes, en 1988, con la interna entre Antonio Cafiero y Carlos Menem.
El sistema de primarias abiertas, en sus diversas formas, ha sido utilizado en muchos países de América Latina. Sin embargo, en la mayoría de estos no existen disposiciones formales que requieran la celebración de primarias. En cambio, en su mayoría, han sido implementadas de manera unilateral por algún partido político. Incluso en aquellos países que cuentan con estas disposiciones, no existe una obligación para que los ciudadanos participen en estas primarias (como Chile o Uruguay).
¿Qué son las PASO?
Siguiendo las siglas:
- Primarias: determinan candidaturas, no cargos.
- Abiertas: todos los electores inscritos en el padrón nacional tienen un voto por categoría de cargo y pueden participar en la primaria de cualquier agrupación, sin importar su afiliación partidaria.
- Simultáneas: las primarias de todos los competidores ocurren el mismo día.
- Obligatorias: todos los partidos que deseen competir en la elección general están obligados a participar, incluso si presentan una lista única (además de que el voto ciudadano no es opcional).
Por otra parte, y un factor quizás vital para entender la reforma, es el artículo 45 se establece que “sólo podrán participar en las elecciones generales las agrupaciones políticas que (...) hayan obtenido como mínimo un total de votos (...) igual o superior al uno y medio por ciento (1,5 %)”.
Las PASO se implementaron por primera vez en agosto de año 2011 para elegir candidatos a la presidencia, diputados nacionales y senadores nacionales.
¿Por qué se hicieron?
Según los fundamentos enviados por el Poder Ejecutivo Nacional, uno de los primeros objetivos era “profundizar la democracia en el interior de los partidos” (esta cuestión está presente desde sus inicios en la UCR, con su sistema de comités). Otros puntos hacen referencia a “volver más clara la oferta electoral”, mediante la disminución de partidos en la competencia, y reconstruir el vínculo partidos-ciudadanos.
Además de ello, algunos fines esgrimidos por analistas políticos es que la reforma electoral provino luego de la derrota del Frente para la Victoria (FpV) en las elecciones del 2009. Con un peronismo dividido, una fuerza no peronista ganó las elecciones legislativas. Por lo tanto, resultó necesario para las elecciones del 2011 unificar al peronismo (mínimamente, mediante cláusulas legales como las PASO) o por lo pronto frenar la sangría de peronistas del FpV.
¿Cómo fue el funcionamiento estos últimos años?
En su debut (2011), las PASO tuvieron una concurrencia importante, de más del 78% de participación electoral. No obstante, ningún partido político en las elecciones presidenciales presentó más de una lista. Aunque sí quedaron afuera, debido al umbral, tres candidaturas (en su sumatoria total alcanzaban menos del 1,5%).
Cuatro años después, en el 2015, de las once candidaturas presentadas únicamente tres presentaron internas. A su vez, de todas ellas, cinco no pudieron participar de las generales por no cruzar el umbral (entre ellas alcanzaban cerca del 1,7%).
En el año 2019 se presentaron diez candidaturas para las primarias de las cuales ninguna fue a internas. De ellas, cuatro quedaron fuera (sumando cerca de 1,2%).
Por último, en el año 2023, se presentaron quince candidaturas con siete internas. De todas, diez quedaron fuera de las generales (entre ellas llegaron a cerca del 3%).
¿Cuál es el cambio producido por el proyecto de Ley Ómnibus?
El presidente de la Nación, el día 27 de diciembre envió el proyecto de Ley de “Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos” al Congreso, también conocida como “Ley Ómnibus”, que incluye diversas reformas en materia económica, energética, impositiva, penal, y electoral.
El proyecto de Ley en su sección II, artículo 451, deroga la totalidad del Título II de la Ley 26.571. En otras palabras, elimina únicamente el sistema de las P.A.S.O. y por lo tanto el umbral del 1,5%.
Esto implica que en los años electorales presidenciales habrá dos convocatorias electorales de carácter nacional: primera y ballotage (solamente en algunos casos).
¿Qué se precisa para su aprobación?
De acuerdo con el artículo 99 de la Constitución Nacional (CN), el Poder Ejecutivo Nacional no tiene la facultad de legislar en materia electoral. En consecuencia, cualquier propuesta debe ser sometida a debate en el Congreso. A su vez, el artículo 77 de la CN establece que “los proyectos de ley que modifiquen el régimen electoral y de partidos políticos deberán ser aprobados por mayoría absoluta del total de los miembros de las Cámaras”. Esto implica la necesidad de aprobación de la mitad más uno del total de los miembros de la Cámara, lo que equivale a 129 votos en la Cámara de Diputados y 37 en la Cámara de Senadores.
Argumentos a favor de la derogación
Existen diversos argumentos que sostienen que las PASO deben ser eliminadas.
En primer lugar, las elecciones primarias generan que los partidos políticos estén todo el año en campaña debido al extenso lapso entre las elecciones primarias y las generales (llamado campaña permanente). Al derogar las PASO, se reducirían los tiempos de campaña electoral ya que existiría una sola fecha de votación, o dos en caso de segunda vuelta.
En segundo lugar, una de las mayores críticas hacia estas elecciones es la “O” (de la abreviación PASO) que indica la obligatoriedad de estas: se considera que las primarias deberían ser opcionales, en primer lugar para los partidos, pero también para los ciudadanos que se ven obligados a votar dos veces en un año. Esto reduciría las internas a la participación exclusiva de los afiliados de cada partido, aunque quedaría sujeto al deseo intrapartidario de que las mismas existan, siendo de público conocimiento la tradición verticalista de ciertos partidos (PJ y PRO) y la tradición “democrática” de partidos como la Unión Cívica Radical.
En tercer lugar, se critica el gasto que estas elecciones generan para el Tesoro Nacional. Desde el Ministerio del Interior, se postula que el ahorro que podría haber significado la eliminación de las PASO para el año 2023 era de $9250 millones. A su vez, no sólo es un problema de costos presupuestarios sino también organizacional, teniendo en cuenta que la extensión del proceso electoral repercute sobre los demás poderes políticos (especialmente al Poder Judicial).
De esta forma, siendo que en algunas oportunidades no se utilizó las PASO para su finalidad electiva de internas partidarias debido a la candidatura única, surgió una visión pública peyorativa de las mismas vinculada a una “encuesta de gran escala”, que conlleva la movilización de todo el aparato físico y económico del Estado. De acuerdo al carácter apático respecto a la política de la sociedad (a nivel nacional pero también a nivel internacional), su eliminación podría generar así mayores incentivos a participar y menos costos (de tiempo, entre otros).
A su vez, otra consecuencia indeseada de las PASO se da cuando un oficialismo poco popular pierde en las primarias, pudiendo generar incentivos para que, por un lado, utilice el último tramo de su gobierno para ganar a toda costa (dejando “tierra arrasada”) o, produciendo un debilitamiento tan fuerte del Poder Ejecutivo Nacional cuya consecuencia es menor fortaleza del Estado, con todas las implicancias que ello conlleva (véase elecciones PASO 2019).
Por último, se considera que las PASO atentan principalmente contra los partidos más pequeños, que poseen menos recursos y se ven obligados a sostener una estructura para dos elecciones (PASO y generales). Con esto en cuenta, debemos adicionar la cuestión de que el umbral del 1,5%, como demostramos anteriormente, quita de participar a diversos partidos.
Argumentos en contra de la derogación
Así como se mencionaron argumentos a favor de la derogación, también existen analistas políticos que afirman que las PASO deben mantenerse.
Entre los principales argumentos, encontramos aquel que postula que la eliminación de las PASO daría lugar a que las candidaturas se definan exclusivamente en los ámbitos partidarios sin la participación del voto popular, lo cual es negativo ya que debilita la democratización de las estructuras internas partidarias, imposibilitando a las ciertas minorías partidarias de dar pelea en una elección debido al poder formal de la mayor parte del partido.
Otro argumento sostiene que, al no existir las PASO, minorías podrían presentarse a elecciones con nuevos partidos, generando una dispersión del voto (fragmentación electoral), o gran cantidad de boletas sin apoyo electoral. Esto sucede porque, al eliminarse el piso del 1,5% de los votos en primarias, podría suscitarse gran cantidad de boletas y candidaturas. Sobre esto, se contrapone con el argumento de la anterior sección, porque más boletas y más partidos participando significa más costos en papel y en la publicidad partidaria en medios de comunicación.
Por otro lado, Abal Medina y Tullio (2023) consideran que, con la implementación de las PASO se facilitó la constitución de frentes o alianzas a los efectos de ordenar y darle racionalidad a la competencia electoral. Además, estas elecciones han logrado que el sistema partidario adquiera la apertura y flexibilidad necesaria para que nuevas opciones políticas se presenten a elecciones, consigan cargos de representación y también expresen ideas identificables para la ciudadanía.
Finalmente, es importante hacer notar que para algunos analistas, el fin de las PASO haría perder la posibilidad de enriquecer propuestas y medidas futuras a partidos ganadores frente a partidos que no cruzaron el umbral o con candidatos que perdieron internas. Por lo tanto, se abandonaría cierto diálogo político. Este también puede ser un argumento contra las PASO debido a que, siguiendo la cuestión, podría profundizar la participación de partidos “catch all” o “escoba" frente a partidos fijos ideológicamente.
Los partidos políticos: ¿A quiénes beneficia la derogación?
Los beneficios y pérdidas para cada partido pueden analizarse en base a dos criterios.
En primer lugar, considerando las elecciones internas de cada partido. Mientras que a la UCR la derogación de las PASO no la afectaría, debido a que posee una tradición democrática interna en donde sus afiliados eligen a las autoridades y candidatos, por el otro lado ni el PJ ni el PRO poseen un sistema propio para la elección de sus autoridades, por lo cual esta modificación los repercutiría en ese sentido. De esta manera, las elecciones internas quedarían sujetas al deseo de cada partido y, especialmente, de sus liderazgos.
Por otro lado, otro criterio es teniendo en cuenta la estructuración de las alianzas. Si tomamos el caso de Juntos por el Cambio, la derogación de las PASO sería ventajoso para el PRO ya que al ser el partido político más fuerte de la coalición tiene mayor poder de decisión informal a la hora de seleccionar candidaturas. Por el contrario, podría perjudicar a la UCR, debido a que tiene menor cuantía en aquel universo. En lo referido a Unión por la Patria, la derogación de las PASO sería perjudicial para el PJ en general ya que implicaría que muchos partidos pequeños formarían candidaturas paralelas (podría haber sido el caso de Juan Grabois que, sin el sistema de las PASO, hubiera conformado otra agrupación política).
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