La relación argentino-estadounidense entre contextos electorales


Frente al escenario de la victoria del candidato Javier Milei, todo indicaba que un cambio en la política exterior argentina se avecinaba. En las propuestas se observó un claro rechazo a “negociar con comunistas”, un nuevo acercamiento argentino al mundo occidental, y un vínculo especial con la gran -potencia del continente, los Estados Unidos. Hoy, 6 meses después de su asunción, podemos observar múltiples cambios en la relación bilateral, y en el horizonte visionar un nuevo contexto electoral. Las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. De este planteo es que surgen dos grandes preguntas ¿Qué ha cambiado luego de las elecciones pasadas, y que cambiará con las elecciones próximas? En el siguiente artículo, haremos un breve repaso sobre estos cambios presentes, e intentaremos estimar que se avecina ante este nuevo período electoral.

Luego del 10 de diciembre observamos múltiples visitas diplomáticas, nuevas inversiones y proyectos. Entre ellos, podemos principalmente destacar dos áreas donde la relación se volvió especialmente estrecha. Comercio e inversiones, y la colaboración en materia de defensa y seguridad.

Una de las pruebas más concretas de este nuevo acercamiento diplomático, es el paquete de 40 millones de dólares que los Estados Unidos enviaron en forma de subsidio para el refuerzo de la defensa y seguridad argentina. Este mismo premia los múltiples proyectos de defensa y seguridad que benefician al frente occidental, y viene como parte del FMF (Foreign Military Funding), fondo reservado para colaborar con socios importantes del país. Entre aquellos proyectos que generaron el apoyo estadounidense, podemos observar la firma de un memorándum de entendimiento que habilita la llegada del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense en la hidrovía Paraguay-Paraná, y fomenta la cooperación en la gestión de vías navegables; el proyecto de construcción de un polo logístico antártico acompañado de un convenio de ayuda técnica e intercambio de información con EEUU; y, como más importante, la compra, apoyada por la potencia norteamericana, de 24 aviones de combate F-16 a Dinamarca, refuerzo a la fuerza aérea argentina que fue celebrado por los estadounidenses con una cálida “bienvenida a la familia de naciones F-16”.

También podemos destacar las reuniones del presidente argentino con líderes del rubro empresarial estadounidense, como fueron aquella con el CEO del fondo de inversión Blackrock, Larry Finck, o con el gigante empresarial Elon Musk, con la posterior aprobación de la llegada de su empresa de conexión satelital, Starlink, a la Argentina. En múltiples ocasiones Estados Unidos también ha celebrado las políticas de apertura de mercado que fomenta el gobierno de Javier Milei, políticas que facilitan la llegada de empresas y productos estadounidenses al país.

En estos 6 meses de gobierno ya hemos visto reuniones del Jefe de Estado argentino con altos funcionarios estadounidenses que visitaron el país, como son la Jefa del Comando Sur, Laura J. Richardson, que estuvo en la Argentina durante el mes de Abril, o la visita del Secretario de Estado, Antony Blinken en el mes de Febrero, la cual este catalogó como “muy productiva”, y expresó que “El pueblo argentino puede contar con nosotros mientras estabiliza su economía”

En el actual gobierno de la administración Biden, podemos observar cómo las relaciones han sido crecientemente positivas. Si es verdad que se han observado algunas disparidades ideológicas entre ambos presidentes, tales como Javier Milei llamando - previo a su investidura - socialista al presidente norteamericano en una entrevista con Andrés Oppenheimer; estas no han frenado el avance de una política exterior claramente pro-occidental de una argentina que busca convertirse en uno de los grandes aliados estratégicos de los Estados Unidos en el continente, y el amplio recibimiento de la potencia occidental que ha sabido priorizar los intereses estratégicos en común por sobre las diferencias discursivas. Podemos esperar, salvo graves imprevistos, que esta relación continúe fortaleciéndose en el caso de una posible reelección para el presidente Joe Biden.

Por otra parte, en un primer análisis, podríamos imaginar el escenario de una victoria republicana como un escenario positivo para la diplomacia argentina. En múltiples ocasiones, tales como en la Conservative Political Action Conference de este año, y en numerosas interacciones en redes sociales, ambos Jefes de Estado han expresado su amistad e ideología en común. Tener ese tipo de relación con el Jefe de Estado más poderoso de la región es en efecto positivo para la política exterior Argentina, así como lo son comúnmente las relaciones de simpatía en la política internacional. Sin embargo, existe un factor importante que no debemos obviar, y eso es la doctrina de política exterior llevada adelante por el servicio exterior norteamericano durante la administración Trump, la cual se ha identificado con características de nacionalismo y proteccionismo comercial. El “America First”, característico eslogan que refleja su política exterior, priorizando los intereses nacionales económicos y de seguridad y cuestionando los costos del liderazgo global puede derivar en un transaccionalismo que no favorezca al intercambio con Argentina por su posición de influencia en la región. Por otro lado, el proteccionismo económico – en defensa de los intereses económicos norteamericanos - puede generar un efecto similar, creando obstáculos para el acercamiento comercial entre los dos países. Cabe añadir que, durante su anterior mandato, también se ha criticado al presidente Trump en varias ocasiones por demostrar una falta de interés hacia la región latinoamericana, ausentándose, por ejemplo, de la VII Cumbre Hemisférica en Lima en abril del año 2018, y centrando su interés en la región en resolver los problemas del narcotráfico y la migración ilegal hacia los Estados Unidos.

Ya tuvimos la oportunidad de observar en el continente el caso de un mandatario outsider con afinidad ideológica con Trump durante la primer administración del ex presidente norteamericano. El brasileño Jair Bolsonaro ha demostrado en múltiples ocasiones su simpatía con los ideales propuestos por Trump y su discurso favoreció en múltiples ocasiones al mandatario:

“Estimado sr. presidente @realDonalTrump, realmente aprecio sus palabras de aliento. ¡Juntos, bajo la protección de Dios, traeremos prosperidad y progreso a nuestros pueblos!", publicaba el Jefe de Estado brasileño en X (antes twitter) a inicios del año 2019.

“Él ha hecho un trabajo fantástico, fantásico. Brasil lo ama y Estados Unidos lo ama. Nuestra amistad es probablemente más fuerte ahora que nunca.” Declaró Trump luego de un encuentro con el brasileño en el 2020.

Sin embargo, podemos observar cómo a pesar del propuesto acercamiento, cuando los intereses estratégicos se contrapusieron, no hubo afinidad ideológica que los alinee, tal como sucedió en el caso de los aranceles al acero y el aluminio en diciembre de 2019. Durante aquel mes, Trump acusó a Brasil y Argentina de manipular el precio de sus monedas para perjudicar a los agricultores estadounidenses y ganar ventaja, y en forma de represalia, impuso un arancel del 25% al acero y 10% al aluminio a ambos países por igual, hecho que, sin importar la simpatía entre los mandatarios, asestó un gran golpe a la relación entre ambos países. En palabras del politólogo Klaus Bodemer, el alineamiento ideológico del mandatario brasileño con la administración Trump durante los años 2019 y 2020 alcanzó solo “resultados modestos”.

Podemos observar como la afinidad en el alineamiento ideológico solamente tiende a destacar cuando los intereses estratégicos se encuentran también alineados. Una renovada afinidad ideológica del gobierno de Javier Milei con el presidente de los Estados Unidos posiblemente beneficiará, mas no redefinirá la relación estratégica entre ambos países.

Es poco probable que el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses afecte de forma determinante la relación bilateral. Los prospectos para la política exterior argentina son muy positivos con respecto a su relación con su más poderoso aliado en el hemisferio occidental. Resta la tarea de analizar como esta cercanía, si se continúa estrechando de forma tan acelerada, pueda afectar las relaciones argentinas con el resto del mundo, e influir sobre su posicionamiento en el sistema internacional.

Por Lucca Lucido Balestriere

Comentarios

  1. Excelente nota. Exacto como dice arriba...Los interes estratégicos son más relevantes que una seudo afinidad ideológica.

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  2. Quizás Trump no se alineó 100% a la Argentina porque cuando gobernó (2017-2021) no tuvo afinidad política ni con M. Macri (2015-2019) quien dejó demostrado que no es derecha, ni con Cristina Kirchner (2019-2023 -Alberto Fernández presidente-secretario) peronista condenada por corrupción. Seguramente si vuelve al poder, ésta vez encuentre una cierta complicidad con J. Milei, y esto sea la llave para abrir las puertas al mundo a la Argentina. Por lo pronto lo que es seguro es que surgen nuevos jóvenes intelectuales que pueden abstraerse de lo ideológico y escribir una nota como ésta, objetiva y de calidad. Por más notas así!

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