Por Sofía Alonso
IG: @_soffialonso
El pasado agosto recibimos una invitación para integrar el grupo BRICS, objetivo que la administración anterior venía persiguiendo hace tiempo. Sin embargo, Javier Milei triunfó en las elecciones y conformó un gobierno con una política exterior muy distinta, lo que lo llevó a rechazar la integración. ¿Qué tan beneficioso sería integrar el bloque? ¿Se está dejando llevar el presidente por su ideología y discurso? Aquí el análisis respecto a un tema que parece dividir aguas entre dos ideologías muy distintas, pero ¿realmente tiene que ver con ideologías?
El 24 de agosto del año pasado, el grupo BRICS conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, extendió una invitación a Irán, Arabia Saudita, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos y Argentina a integrar el bloque, haciéndose efectiva el primero de enero de este año. Dicha invitación, recibida en nuestro país en medio de un contexto electoral complejo, había sido buscada por el gobierno de Alberto Fernández, pero para Patricia Bullrich y Javier Milei, principales opositores, no era una propuesta que pudieran aceptar, al menos durante las elecciones. Cabía esperar quién saldría ganador y, en segundo lugar, cuál sería la decisión que efectivamente tomarían al llegar al poder.
Javier Milei era quien más se oponía a la integración al grupo debido a su discurso de cero alineación a gobiernos de tinte comunista o socialista, y con su triunfo electoral, hizo firme su decisión el 29 de diciembre pasado enviando sus razones a cada uno de los cinco líderes. En la carta común que se envió el gobierno declaró que la impronta en política exterior que se tomaría difería en muchos aspectos, sino sustancialmente, de la del gobierno anterior. Y cito: “Al respecto, quisiera informarle que en esta instancia no se considera oportuna la incorporación de la República Argentina al BRICS como miembro pleno a partir del 1 de enero de 2024. Sin perjuicio de ello, deseo destacar el compromiso de mi Gobierno con la intensificación de los lazos bilaterales con su país, en particular el aumento de los flujos de comercio e inversión”.
¿Qué podemos inferir de esta declaración? A simple vista podría considerarse como una mera formalidad respecto a una decisión anunciada. Pero me gustaría incorporar una nueva mirada. El comunicado expresa “en esta instancia no se considera oportuna la incorporación”, ¿ello significa que, en otro momento, diferente al contexto de un gobierno recién asumido cuyo discurso se muestra profundamente ideológico e intransigente, sí sería considerada la propuesta? Volviendo a la carta, se habla del compromiso por la “intensificación de los lazos bilaterales, en particular el aumento de los flujos de comercio e inversión”. ¿Será que, nuestro nuevo presidente, que luego de asumir se ha mostrado mucho más pragmático de lo que cabía esperar, en realidad sabe ver las ventajas económicas de la incorporación?
Los BRICS representan el 23% del PBI mundial, 18% del comercio y alrededor del 20% de las inversiones a nivel global. Con la incorporación de los nuevos integrantes, representará un 31,5% del PBI frente a un 29,5% del conjunto G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá). Brasil, China e India entran en el top 5 de los socios comerciales de Argentina y el BRICS en su conjunto representa el 30% del destino de nuestras exportaciones. Con algunos de los nuevos miembros tenemos relaciones comerciales activas: con Egipto celebramos un tratado de libre comercio como parte del MERCOSUR y Arabia Saudita provee financiamiento a obras públicas argentinas al mismo tiempo que desarrolla proyectos científico-agropecuarios con tecnología argentina. Por otro lado, el Nuevo Banco de Desarrollo, está próximo a un capital de 100 mil millones de dólares y otorga préstamos livianos comparados con los del Fondo Monetario Internacional.
¿Milei no la ve? ¿O es que no puede arriesgarse a aceptar? El presidente está llevando a cabo un plan económico de ajuste bajando el gasto del Estado en muchísimas áreas que afectan la vida cotidiana de los argentinos. Y no es nada nuevo, sus votantes sabían cuál iba a ser el camino y que sería difícil, y lo aceptaron. Pero el éxito del plan supone un compromiso y un apoyo popular mayoritario y fuerte, y gran parte de ese apoyo viene de sectores que también han creído la otra parte del discurso: “no acordamos con zurdos ni con comunistas”. No hace falta aclarar la contradicción que supondría que Milei aceptara la entrada a los BRICS al mismo tiempo que invita al presidente Zelenski a su asunción o que declara abiertamente su alineación a Estados Unidos e Israel mientras Irán está siendo invitado también.
Sin embargo, los BRICS no es una alianza ideológica; sus integrantes tienen sistemas domésticos muy dispares y controlan sus políticas internas con total libertad. Por supuesto, es una “alianza” constituida a partir de factores comunes: son países en desarrollo (aunque China parece haber superado esa etapa), emergentes, que no están incluidos en el orden global occidental y buscan reformar el sistema económico internacional alejándose cada vez más del dólar. Pero todos ellos tienen relaciones sustanciales con occidente, comerciales e ideológicas, sobre todo Brasil que comparte el orden democrático e India que se ha transformado en el aliado clave de occidente en Asia.
La entrada a los BRICS no trae únicamente beneficios comerciales, palpables en las ventajas aduaneras y arancelarias que tendríamos, sino también en cuanto al nuevo peso internacional que conseguiríamos. Nuestras alianzas internacionales actuales no nos traen beneficios materiales ni diplomáticos: el MERCOSUR tiene problemas internos que lo inhabilitan para conseguir nuevos acuerdos y el G20 no es mucho más que una reunión anual. El BRICS se constituye como un foro de países emergentes, un espacio multilateral que da más peso a las demandas colectivas de sus integrantes y valida sus políticas hacia el exterior. No hay una jerarquía establecida, si bien China es el más fuerte, hasta ahora la reducida cantidad de actores no le dejó margen para imponerse sobre los demás, pues cada acción debe estar acordada por todos.
En definitiva, es un bloque que nos daría una posición de negociación muchísimo más favorable (por ejemplo, en el tema Malvinas) que las alianzas occidentales, por ser más igualitario, sin que nuestra unión significara una amenaza o una separación de nuestros aliados tradicionales. No tenemos tanto peso geopolítico para que países como Estados Unidos crean que estamos cambiando sustancialmente nuestra posición hacia ellos. Simplemente es, en muchos aspectos, un entorno más favorable para nosotros. De hecho, algunos expertos opinan que Washington y Bruselas prefieren un BRICS con Argentina incluida que sin ella, pues conformaríamos, junto con Brasil e India, un puente entre el bloque y Occidente. Incluso sería una forma de que abandonaran su actitud pasiva hacia América Latina y comenzarán a tomarnos con seriedad.
Jair Bolsonaro, que comparte aspectos discursivos con Milei, sacó provecho de los BRICS aunque criticara a China y su sistema político. En él encontró un lugar donde los intereses brasileros tenían lugar. Se logró el diálogo cooperativo a través de las decenas de reuniones anuales que realiza el bloque, y donde cada miembro aprende de la experiencia de sus socios para encontrar soluciones al subdesarrollo. Una relación cooperativa que es más difícil construir en occidente, donde se encuentran nuestros competidores, no nuestros compradores.
Podemos decir que el contexto electoral y económico impedían a Milei aceptar la invitación, al contrario de su par en Brasil que ya era parte del bloque con anterioridad. Su prioridad es por ahora el orden interno y las alianzas exteriores que se muestran como más seguras. Es indudable que cree en su propio discurso, que no es mero populismo, pero ha demostrado la capacidad para reconocer las ventajas de un acuerdo cuando las hay, y creo que en el futuro esto se reflejará en su política exterior y en las alianzas comerciales y diplomáticas que elija realizar.
Excelente!!!
ResponderEliminarBuen dato q firnan algo diciendo q por ahora no se suman al brics. O sea un prox gob si podría sumar a la arg al grupo? Y además entonces bolsonaro fue más pragmático q el presidente argentino? Excelente nota
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