3 de julio de 1927: un avance para el feminismo uruguayo y latinoamericano

Por Luana Vera del Río

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Hoy, 3 de julio de 2024, recordamos un hito histórico y trascendental, no solo para Uruguay, sino para toda la región Latinoamericana. El 3 de julio de 1927, es decir, casi 100 años atrás, las mujeres uruguayas votaron por primera vez en el Plebiscito de Cerro Chato, convirtiendo a Uruguay en el primer país de la región sudamericana en reconocer el derecho al sufragio femenino.

El 31 de mayo de 1927, la Corte Electoral uruguaya emitio un decreto que autorizaba la realización del plebiscito. En su artículo 10, expresaba que "las personas, sin distinción de nacionalidad y sexo, que deseen participar en el plebiscito deberán inscribirse previamente en el Registro que abrirá la Comisión Especial Parlamentaria".

Si bien, como en todo cambio social, hubieron voces que se alzaron contra el dictamen, como por ejemplo la Comisión de Vecinos de Treinta y Tres liderada por Bernardina Muñoz, que en un manifiesto declararon “Nosotras tenemos un arma notable: La abstención”, la mayoría de las mujeres abrazó la iniciativa, generando un clima de elección nacional más que de plebiscitaria.

Modesta Funes de Soubiron, conocida por mantener una áspera polémica con el diario El País de Montevideo, a raíz de una publicación donde se ponía en tela de juicio la capacidad ciudadana de las mujeres y en especial de las de Cerro Chato, lideró la Comisión de Mujeres de Durazno. En ella, realizó una fervorosa campaña electoral a favor de la unificación de todo el territorio, logrando así que, el citado departamento, llevase a cabo la mayor cantidad de ejercicios al voto.

De esta manera, las elecciones departamentales uruguayas de 1927, sirvieron de catalizador para la reforma electoral de 1932, en la cual finalmente se reconoció el derecho al voto de las mujeres a nivel nacional. Con su activismo, las mujeres demostraron que el voto femenino, como paso hacia la equidad de género, era necesario. Diversas organizaciones feministas jugaron un papel crucial, entre ellas, la Alianza de Mujeres y la Unión Feminista Uruguaya, las cuales fueron fundamentales en la articulación de demandas y en la movilización social. Figuras prominentes como Paulina Luisi, una de las primeras médicas uruguayas y ferviente activista, encabezaron campañas de sensibilización y educación sobre la importancia del voto femenino.

Si bien los resultados del plebiscito nunca fueron tomados en consideración por las autoridades de la época, y la iniciativa de anexión se perdió en el tiempo manteniéndose hoy la misma situación que en 1927, este acontecimiento no solo repercutió en la política nacional, demostrando que las mujeres estaban dispuestas a participar en la vida política del país, sino que también, encendió una llama de esperanza y lucha en todo el continente.

Es asi como, en un contexto global donde el movimiento feminista ganaba cada vez mas fuerza, la decisión de Uruguay permitio posicionar a la region latinoamericana a la par de una serie de avances internacionales. En 1920, las mujeres en Estados Unidos habían logrado el derecho al voto con la Enmienda 19, y en Europa, países como Reino Unido y Alemania ya habían hecho avances significativos en la inclusión de las mujeres en la vida política. La decisión de Uruguay, no solo mostró la capacidad de América Latina para estar a la vanguardia de los derechos civiles, sino que también, puso en relieve la influencia de los movimientos feministas globales en la región.

De esta forma, el impacto del sufragio femenino en Uruguay se sintió rápidamente en los países vecinos. En Argentina, las feministas intensificaron sus esfuerzos, llevando finalmente al reconocimiento del derecho al voto en 1947. En Brasil, el sufragio femenino se logró en 1932, y en otros países como Chile y México, las mujeres también comenzaron a organizarse y luchar con mayor vigor por sus derechos políticos.

Uruguay demostró que la participación femenina podía llevarse a cabo sin desestabilizar el orden social, lo que alentó a otros países a seguir su ejemplo. La progresiva inclusión de las mujeres en la vida política latinoamericana, comenzó con planteamientos sobre la composición de los parlamentos legislativos. Esto llevó a una serie de reformas legales y constitucionales en varios países latinoamericanos durante las décadas siguientes. De esta manera, la riojana y abogada Emar Acosta, nacida el 22 de agosto de 1900, fue elegida diputada provincial, siendo la primera legisladora de América Latina.

El derecho al voto no sólo significó una victoria política, sino que también fue un paso crucial en la lucha por la igualdad de género en todos los ámbitos de la sociedad. El 3 de julio de 1927 no solo es una fecha importante en la historia de Uruguay, sino que también representa un punto de inflexión en la lucha por los derechos de las mujeres en América Latina.

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