El reciente acto en el que el presidente Javier Milei presentó el presupuesto 2025 ante la Cámara de Diputados no solo marca un hito histórico, sino que también refleja un cambio profundo en la política económica argentina. La decisión del presidente de presentar el presupuesto en persona, en lugar de delegar esta tarea en el Ministro de Economía, no es un simple cambio de protocolo, sino una clara señal de la importancia que se le atribuye a este documento dentro de la administración actual. Milei ha denominado a este presupuesto como “la Ley de Leyes”, sugiriendo que este no es un presupuesto ordinario, sino una herramienta fundamental para reestructurar el futuro económico del país.
El mensaje central de la presentación es inequívoco: es imperativo frenar el gasto estatal desmedido que ha conducido a la Argentina a ciclos interminables de deuda y emisión monetaria descontrolada. Milei ha sido enfático en su afirmación de que las decisiones económicas determinan el destino de una nación, subrayando que una economía sana es esencial para la verdadera libertad individual. Esta visión plantea que la autonomía económica es clave para el desarrollo personal y social de los ciudadanos, algo que ha estado ausente en un contexto de expansión estatal y funciones gubernamentales excesivas.
El enfoque de Milei es radical, pero refleja una necesidad imperiosa de cambio. El presupuesto 2025 está diseñado para blindar el equilibrio fiscal sin importar las fluctuaciones económicas, lo que implica un rechazo a la práctica de recurrir a la deuda o a la emisión para cubrir déficits en tiempos de crisis. El “déficit cero” es presentado como la piedra angular de esta estrategia, un principio que ha sido largamente esperado por aquellos que abogan por una administración pública sostenible y responsable. Milei ha identificado el gasto público desmedido como la raíz del déficit que ha empobrecido a la población durante décadas, y este presupuesto pretende romper con esa dinámica destructiva.
La metodología innovadora en la elaboración del presupuesto es otro aspecto crucial. Milei ha propuesto una inversión de la lógica tradicional: en lugar de determinar cuánto gastar y luego buscar financiamiento, primero se calculará cuánto ahorrar para luego definir el gasto. Esta propuesta no solo busca evitar los errores de las gestiones anteriores, sino que establece una regla fiscal inquebrantable destinada a hacer al Estado más eficiente y menos intervencionista. La ruptura con las prácticas del pasado es evidente y necesaria para lograr una administración pública más efectiva.
Dentro de esta política, el presupuesto proyecta un resultado financiero superavitario de $192.334.700.000, una cifra que marca una ruptura con la tradición de déficits crónicos y deuda creciente. Esta proyección no solo demuestra el compromiso del gobierno de Milei con la estabilidad fiscal, sino que también establece una nueva norma de gestión económica en el país.
El Congreso tiene ahora la responsabilidad de evaluar este presupuesto con seriedad y compromiso. No debe permitirse que intereses partidarios o corporativos socaven el esfuerzo monumental por recuperar la estabilidad económica. Milei ha dejado claro que solo aceptará discutir aumentos en el gasto público si se presenta una explicación detallada sobre cómo se financiarán esos aumentos. Este enfoque muestra un compromiso firme con la sostenibilidad fiscal, y cualquier propuesta que no se ajuste a esta premisa será vetada.
El presupuesto no solo se propone sanear las cuentas públicas, sino también “achicar el Estado para engrandecer a la sociedad”, como lo expresa el propio presidente. Milei ha enfatizado que gestionar no es simplemente administrar el Estado, sino reducir su tamaño para permitir el desarrollo de la sociedad. Esta visión, respaldada por los votantes que eligieron un cambio radical, debe ser adoptada también por los legisladores. Apoyar este presupuesto significa romper con las viejas prácticas políticas y apostar por un futuro de prosperidad.
El desafío para la clase política es claro. El Congreso debe estar a la altura de este momento histórico y apoyar un plan que busca devolver la solvencia y la dignidad a la nación. Continuar con el gasto descontrolado y el aumento de la deuda solo perpetuará un sistema económico fallido que ha empobrecido a los argentinos durante décadas. Milei ha señalado que la administración actual enfrenta la peor herencia económica de la historia, y su gobierno ha trabajado para resolver en un año el desastre generado durante más de 20 años. Este esfuerzo debe ser apoyado por todos los sectores políticos, ya que solo con un presupuesto que priorice el ahorro y la eficiencia se podrá garantizar un futuro de libertad y prosperidad.
En conclusión, el presupuesto 2025 presentado por Javier Milei no es solo un conjunto de cifras; es un manifiesto político y económico destinado a transformar la Argentina de raíz. El Congreso tiene la oportunidad de aprobar un proyecto que frene el déficit, estabilice la economía y allane el camino hacia un futuro más próspero. Solo con un Estado reducido y eficiente, y un firme compromiso con el déficit cero, se podrá asegurar la estabilidad y el bienestar para todos los argentinos
Autora de la nota: Candela Clapcich
Instagram: @cande_clap
Excelente Cande....te felicito!!!!
ResponderEliminarFelicitaciones Cande !!!
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