Caída del gobierno en Portugal, ¿Un paso más en Europa hacia la tendencia a la extrema derecha?

 


Autor: Matías González

El pasado martes 11 de marzo, el primer ministro de Portugal, Luis Montenegro, perdió una moción de confianza en el Parlamento, lo que llevaría a su caída y que implica que en los próximos meses deberá convocar a elecciones. De ocurrir esto, serían las terceras elecciones en tres años para Portugal mostrando una gran inestabilidad política en un sistema de partidos de más de dos fuerzas políticas relevantes reflejado en un parlamento fragmentado. 

La fragmentación y la caída del gobierno tienen como protagonistas en el parlamento a fuerzas como la Alianza Democrática (AD), el Partido Socialista (PS), o el partido de extrema derecha CHEGA. En este escenario, ¿pueden estos últimos dar una sorpresa en las próximas elecciones parlamentarias?

La moción rechazada

El pasado día martes 11 de marzo el primer ministro de Portugal, Luis Montenegro, cayó al perder una moción de confianza en el parlamento portugués. Este hecho tiene su origen unos días atrás cuando salió a la luz un supuesto conflicto de intereses que se habría iniciado con una empresa de servicios familiar de Montenegro que recibía
fondos de una cadena de hoteles y casinos, beneficiándose en acuerdo con el Estado.

Montenegro recibió todo tipo de críticas, desde “irresponsable” hasta “corrupto” fueron algunas de las acusaciones por parte de periodistas, ciudadanos y una gran mayoría de todo el arco político, esto último incluye a todos los principales opositores del gobierno como el
Partido Socialista (PS) o el de extrema derecha CHEGA.

A inicios de la semana, el Partido Socialista (PS) solicitó que se investigue el conflicto de intereses formando una Comisión Parlamentaria de Investigación que dure 15 días para conocer las causas verdaderas del suceso. Sin embargo, tras esto, Montenegro se negó inicialmente a someterse a la Comisión Parlamentaria de Investigación por lo que se sometió, a pedido de él, a una moción de confianza.

Una moción de confianza es un instrumento político a través del cuál el Poder Ejecutivo de un Estado puede pedir respaldo y apoyo de una medida o programa en concreto que quiere llevar adelante el presidente del gobierno. Es visto por distintos teóricos como una de las
herramientas que tiene, en los sistemas de gobierno parlamentarios, el Poder Ejecutivo para controlar al Poder Legislativo, o en última instancia, para mantener su esfera de independencia y de no estar sometido a un control tan arduo y permanente del Poder Legislativo. A pesar de esto, existe la posibilidad de que, con una gran mayoría del Poder Legislativo en contra, el presidente del gobierno pierda la moción de confianza.

Justamente esto último fue lo que sucedió en Portugal donde gran parte del arco político se opuso a la moción pedida por Montenegro. Desde las fuerzas de izquierda y centroizquierda más pequeñas, pasando por el gran partido opositor Partido Socialista (PS) hasta la agrupación de derecha más radicalizada CHEGA se negaron a aceptar la moción y Montenegro perdió dicha facultad. Esto llevaría a que el primer ministro decida dimitir como Jefe de Gobierno del país, por lo que el Presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa (Jefe
de Estado) se encargará de la transición entre gobiernos de los primeros ministros dialogando con las distintas fuerzas políticas que componen el Parlamento en el corto plazo. Una vez realizado esto, disolverá el Parlamento para llamar a elecciones en los próximos meses.

Dichas elecciones, según declaró de Sousa, podrían llevarse adelante el día 11 o el día 18 de mayo del presente año siendo el tercer proceso electoral que enfrentaría la nación ibérica en los últimos tres años.

Las próximas elecciones

Camino a los comicios de mayo, el sistema de partidos de Portugal se encuentra en un escenario de varias fuerzas relevantes siendo el primero a nombrar el Partido Social Democrático (PSD) en la coalición Alianza Democrática (AD), agrupación de Montenegro que pese a la caída seguirá presentándose en las mismas elecciones. Otras
fuerzas destacadas son el Partido Socialista (PS) que tuvo al primer ministro, Antonio Costa, hasta noviembre del 2024 donde renunció. Estas dos aspiran a ser las fuerzas más votadas y, por ende, con mayor cantidad de escaños conseguidos en las próximas elecciones, pero tampoco debe dejarse de lado a CHEGA. Este recién nombrada es un partido de una derecha más radicalizada, de corte nacionalista sobre todo y con un enfoque liberal en la vertiente económica. En más de una ocasión ha sido descrita como una tercera fuerza, constatado estadísticamente a partir de que en las últimas elecciones pasó de tener 12 escaños a 50 y su intención de voto se ha mostrado cada vez más en alza.

El hartazgo social se ha mostrado cada vez más frecuentemente, por la inestabilidad política que atravesó su país en los últimos años, y siendo este también un hartazgo con la clase política en general, canalizado en la cantidad de votos y de apoyo cada vez mayor a CHEGA.

Con propuestas nacionalistas y en cierto sentido euroescépticas, se ha posicionado cada vez mejor en las encuestas a medida que ha pasado el tiempo, fenómeno que no es nuevo en Europa, puede decirse que CHEGA forma parte del grupo de las “nuevas derechas europeas”.

¿Un caso más de una tendencia? 

CHEGA, similar a partidos como V ox en España, las
agrupaciones de Marine Le Pen en Francia, Alternative für Deutschland (AfD) en Alemania, el Partido de la Libertad de Austria FPÖ, entre otros, ha demostrado y sigue demostrando hasta los días más recientes que en Europa el ascenso en popularidad de estos partidos de
derecha con un tinte ideológico asociado a la derecha o extrema derecha, con elementos de nacionalismo y euroescepticismo bien marcados en sus propuestas e ideales, es cada vez mayor.

Sin embargo, su ascenso en popularidad en los últimos años no siempre se tradujo en victorias electorales, es más, en muy pocas ocasiones hasta la fecha estos partidos
euroescépticos de derecha o extrema derecha han logrado salir victoriosos en los comicios, como ocurrió en Austria donde el FPÖ se consagró ganador de las últimas elecciones, pero sacando dicho caso y alguno que otro, estos partidos aún no han logrado expandir su éxito
hacia el primer puesto del ámbito electoral. Le Pen en Francia ha quedado segunda en varias ocasiones, siendo la del 2024 una de las más recordadas, AfD en 2025 ha terminado segunda a nivel federal en Alemania, y Vox no ha pasado del tercer lugar en suelo español.

Un escenario similar se le plantea a CHEGA, donde sería bastante racional que termine entre las tres primeras fuerzas, pero sería una gran sorpresa si acaba en el primer lugar. Este partido, así como otros de su estilo, han sido calificados y/o etiquetados a menudo como populistas, con una estrategia discursiva en la que ellos se presentan como algo distinto a la elite política tradicional y a su vez se presentan como ciudadanos comunes o “el pueblo que
gobierna”. Además de que en más de una ocasión estas agrupaciones han sido vistas, y pueden ser vistas, como partidos que socavan la democracia desde adentro del sistema teniendo ideales que no coinciden con algunos de los principios democráticos usualmente aceptados.

Si bien -por lo que apuntan las principales encuestas- CHEGA podría terminar tercero por detrás del PS y de la coalición AD, eso no quita el factor de que si sigue con su popularidad en ascenso esté en condiciones de alcanzar alguna victoria electoral más adelante. Con relación a esto, cabe preguntarse lo siguiente: ¿Qué significaría, en distintos sentidos, una victoria o un ascenso en popularidad cada vez mayor de CHEGA? Para responder a la cuestión, en primer lugar, si se quiere detectar una tendencia a nivel continental sobre el comportamiento y los resultados electorales, una victoria de CHEGA significaría un argumento más para reforzar que en Europa desde hace años hay una tendencia cada vez más
marcada, y cada vez más exitosa, hacia la derecha y ultra derecha, entendida esta en los términos políticos de cada país, pero con rasgos comunes como el nacionalismo, liberalismo económico o el euroescepticismo.

Desde una vertiente más integracionista -o anti integracionista, con más precisión- podría significar un paso atrás para la Unión Europea, ya que sería el triunfo o una creciente popularidad de aquellos que culpan a la Unión Europea en tanto bloque de integración como
por las medidas políticas que ha tomado en tópicos como la inmigración, por ejemplo, como la causa y razón de los males de ese país, en este caso de los males de Portugal canalizados por CHEGA.

Conclusión

En conclusión, puede decirse que la caída del gobierno de Portugal por el rechazo del parlamento a la moción de confianza pedida por el primero, más la fragmentación
presente en el sistema de partidos de Portugal puede llevar a un ascenso en popularidad, que se puede traducir en votos, cada vez mayor del partido de derecha más nacionalista CHEGA.

Los escenarios de fragmentación son panoramas idóneos para partidos populistas o anti establishment de este tipo y por ello, no sería nada descabellado que CHEGA, con el
euroescepticismo que lo caracteriza, sea uno de los mayores protagonistas de las próximas elecciones.

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