El Día de la Desmemoria

  Hoy, 24 de marzo, la Argentina conmemora el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en rechazo a lo que se conoce como el Proceso de Reorganización Nacional, que tuvo sus inicios en  1976. 

  Al hablar de memoria, verdad y justicia estamos hablando de valores que sin dudas son fundamentales para el progreso de un país. Sin embargo, a 46 años del último golpe cívico-militar, la sociedad argentina ha distorsionado estos valores, convirtiendo la fecha en lo que yo opto por llamar: el Día de la Desmemoria por la Mentira y la Injusticia.

  Año tras año las clases de historia de todas las escuelas del país se esfuerzan por enseñar a los jóvenes qué sucedió en la década de los setenta. Sin dudas, se podría argumentar que la educación argentina intenta mantener viva la memoria de nuestra sociedad, pues como dijo Cervantes, la historia es “émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente y advertencia del porvenir”. 

  No obstante, me atrevo a argumentar que la “memoria”, que se reproduce en los salones de clase y que se repite en los medios oficiales, se encuentra incompleta. 

  ¿Cómo puede una sociedad recordar un hecho a medio contar? ¿Cómo puede la clase política sistemáticamente hacer oídos sordos a las demandas de un sector de la sociedad que lucha por ser reconocida?

  Comencemos por los números. Gran parte de nuestro país sostiene que el último gobierno cívico-militar hizo desaparecer a 30 mil personas o “jóvenes idealistas”. Curiosamente, el exmilitante de Montoneros, Luis Labraña asegura que él mismo inventó la cifra, justificando que “fue una mentira necesaria para que las Madres de Plaza de Mayo pudieran solventar gastos y tener una casa propia”. Asimismo, el libro “Nunca Más”, publicado en 1984 por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), concluye en que fueron 8.960 las personas desaparecidas de manera forzosa durante la dictadura.

  Por otra parte, la historia oficial que se repite todos los 24 de marzo deja de lado a las víctimas de la subversión, que suman miles de civiles, militares y funcionarios de seguridad. Estamos hablando de 1.094 personas asesinadas, 756 secuestradas y 1.368 heridas. También se suele hacer caso omiso a las 4.380 bombas que fueron detonadas por estos “jóvenes idealistas”.

  Particularmente, me gustaría aportar un poco de memoria a la fecha haciendo referencia a dos sangrientos atentados perpetrados por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP):

  Primero narraré los hechos que tuvieron lugar el 19 de enero de 1974, en la guarnición militar Azul, atacada por la compañía Héroes de Trelew del ERP que estaba armada con FAL y granadas antitanques. Al ingresar a la unidad militar, el grupo subversivo se dirigió a la casa de los jefes de la guarnición. Sin embargo, en el camino se toparon con el coronel Camilo Arturo Gay, quien se encontraba acompañado por su familia. El oficial fue asesinado por los terroristas, mientras que su familia fue tomada rehén.

  Poco tiempo después, es interceptado el teniente coronel (TC) Jorge Ibarzábal, quien decide cesar su resistencia ante la amenaza de los guerrilleros de asesinar a la familia Gay.

  La familia del coronel Gay es conducida hasta la herrería del cuartel, donde su señora fue ejecutada delante de sus hijos. A pesar de no poder copar las dos unidades militares, el grupo terrorista ERP logró secuestrar al teniente coronel Ibarzábal.

  10 meses después, en la localidad de Quilmes, una patrulla de control advertiría el paso de tres vehículos sospechosos, que emprenderían la fuga. Al detener una de las camionetas, quien se encontraba a cargo de esta extraería un arma corta y efectuaría un disparo al interior del armario metálico que transportaba en la caja del vehículo, dando muerte al TC. Ibarzábal, que se encontraba en el armario aludido. 

  Ibarzábal presentaba un impacto en pleno rostro. Su estado físico era deplorable, como consecuencia del prolongado encierro en las denominadas cárceles del pueblo.

  Sobre lo sucedido, el presidente Juan Domingo Perón escribe al personal militar de la Guarnición Azul:

  "Es todo el pueblo el que está empeñado en exterminar este mal y será el accionar de todos el que impedirá que ocurran más agresiones y secuestros. La estrategia integral que conducimos desde el Gobierno, nos lleva a actuar profundamente sobre las causas de la violencia y la subversión, quedando la lucha contra los efectos a cargo de toda la población, las fuerzas policiales y de seguridad, y si es necesario de las Fuerzas Armadas. (...) el repudio unánime de la ciudadanía hará que el reducido número de psicópatas que va quedando, sea exterminado uno a uno para el bien de la Republica."

  Por otro lado, haré mención del secuestro del oficial ingeniero militar mayor (MY) Argentino Larrabure, sucedido en agosto de 1974, cuando un grupo subversivo del ERP atentó contra la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos de Villa María.

  En el casino de oficiales de la unidad se estaba desarrollando una reunión social en la cual participaban tanto el MY. Larrabure como otros oficiales. Al ser el casino acaparado por los terroristas, Larrabure, que vestía de civil, se identificó y pidió que se respetara la vida de las mujeres y niños presentes, siendo así tomado como rehén junto con el capitán Roberto A. García. 

  Respecto al cautiverio del MY. Larrabure se sabe que permaneció secuestrado por más de un año y que sus raptores pretendían sus servicios como ingeniero químico en sus fábricas clandestinas de explosivos. El recinto donde estuvo cautivo tenía dos metros de largo por uno y medio de ancho. La celda se hallaba bajo un negocio, atendido por una mujer, que convivía con su marido, madre y sus dos pequeños. A la celda subterránea se llegaba a través de la pared del placard de la cocina de la pareja. 

  Por informes forenses, se estima que su fallecimiento se produjo el 19 de agosto de 1975, ya que su cuerpo fue encontrado días después envuelto en bolsas de nylon, en las afueras de Rosario. Se encontró dentro del revestimiento de plástico un cadáver de impresionante delgadez, en el que el posterior peritaje médico constató importantes contusiones craneales, escoriaciones, evidencias de pasaje de corriente eléctrica y muerte por ahorcamiento.

  Finalmente, cabe señalar que en 2018 la Cámara Federal de Rosario falló de forma unánime en que el asesinato por parte del ERP del coronel Argentino del Valle Larrabure (ascendido post mortem) no fue un crimen de lesa humanidad y por tanto no se permitirá reabrir la causa, como pedían sus familiares.

  De igual manera es importante tener en cuenta que durante los gobiernos del Dr. Cámpora, del general Perón y de la señora María Estela Martínez de Perón, se produjeron aproximadamente 522 atentados, que fueron desde intimidaciones hasta asesinatos. 

  El último ataque perpetrado por la guerrilla setentista sucedió el 23 de enero de 1989, durante la presidencia de Alfonsín, y se trató del ataque y copamiento del Regimiento de Infantería Mecanizado 3 de La Tablada.

  Al día de la fecha, las víctimas del terrorismo esperan hace más de 30 años que sus Derechos Humanos sean reconocidos y garantizados. 

  En definitiva, la historia oficial escasea memoria, los números enarbolados carecen de fundamento y la justicia de los derechos humanos peca de imparcial.

  No sólo no fueron 30 mil, sino que además tampoco fueron “jóvenes idealistas”. Lo que llevaban bajo el brazo no era un libro, sino un FAL.

  Hoy, en el Día de la Desmemoria, como argentinos debemos recordar la historia en su totalidad para poder sanar las heridas del pasado y construir un futuro juntos, dejando de lado la grieta y el odio.

Por Josefina Köhler



Comentarios

  1. Excelente artículo. Felicitaciones a la autora que, pese a que por su edad no vivió la época, reflejó con detalle la verdad histórica que desbarata y denuncia el "relato" mentirosos que nos pretenden imponer como herramienta de persecusión política. GRACIAS!

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