La Hora del Consenso

        Inflación. Pobreza. Desigualdad. Desempleo. Narcotráfico. Corrupción. Polarización. En el Congreso, en la televisión, en los diarios, en el trabajo, en tu casa. No sólo existe, sino que la vivimos. La falta de diálogo político no es un concepto, es una realidad.

       Los acuerdos ya los hemos visto en nuestra historia, las grandes naciones los han logrado. Si se quiere avanzar, el consenso es inevitable. ¿Qué está bloqueando este paso? Hoy, observamos como las ideologías se extreman, la evolución de los “libertarios” es un ejemplo. Sucede algo similar con el kirchnerismo, que busca tomar -sino es que ya tomó- las riendas del actual gobierno. Mismo en Juntos por el Cambio, los llamados “halcones” y “palomas”, que cada vez se endurecen más. También, encontramos un gobierno debilitado, y una oposición que, siendo favorita para 2023, no tiene apuro a acordar. El panorama es gris, pero la cosecha es abundante.

      A pesar de esto, el 2022 nos brinda un gran empujón. Volvemos de la pandemia, donde todos perdimos algo. Estamos contemplando la guerra, que nos muestra que la violencia y la grieta generan irrecuperables pérdidas. Es un año sin elecciones, sin competencia partidaria -ya habrá tiempo para diferencias. En este contexto, ¿cómo no acordar?

      Como si esto fuera poco, ¿qué podemos ganar? Lo que pocas veces tuvimos. Confianza: en nuestra moneda, en nuestra gente, en nuestros funcionarios. Verdaderas políticas de Estado, durables en el tiempo. Previsibilidad, vital para la planificación e inversión. Unión verdadera, en cualquier tiempo que sea. En fin, un rumbo al que podamos ir, con idas y venidas, pero a paso firme.

       En un país polarizado, el largo plazo no existe. Sin embargo, solucionar nuestros problemas mediante el acuerdo llevará a lastimar intereses. La política actual no sabe de concesiones, piensa que todo es “suma cero”. Sucesivamente, gobierna uno y otro, sin un camino mínimamente común. Ya sabemos que el “que se vayan todos” no es bueno. Romper todo no es opción. Incluso, sabemos que un presidente no puede cambiar un país. Por eso, después de largo tiempo, hoy sea la Hora del Consenso: uno serio, honesto y exitoso. Nos lo merecemos, de una buena vez.

Por Valentín Olavarría




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