Autor: Daniel Ortega
Después del paso a mejor vida del Santo
Padre Francisco, la sede de la Iglesia Católica está vacante. Hoy, estamos a un
día de que inicie el cónclave para elegir al nuevo papa, y todos los fieles del
mundo tendrán sus ojos en Roma. Si bien es muy difícil predecir quién será un
candidato, más como votaran los cardenales, es importante saber el panorama del
Colegio Cardenalicio y algunos de los nombres que más están sonando.
Entre oraciones, pésames, y retrospectivas, el mundo digirió la muerte del Papa Francisco I, de nombre secular Jorge Bergoglio. Con el pasar de las semanas, los ojos del mundo se han puesto cada vez más en el Colegio Cardenalicio que elegirá al nuevo líder de la Iglesia Católica en el cónclave de mañana. 135 cardenales (menores de 80 años) están habilitados para ser electores, pero por problemas de salud solo 133 atenderán el cónclave. Durante este, los cardenales se aislarán completamente del mundo exterior hasta que lleguen a una elección por mayoría calificada de dos tercios de los cardenales electores, es decir 89 cardenales. Debido a la desconexión total que hay con el mundo exterior una vez inicia, muchos cardenales han sido cuestionados constantemente por periodistas para tener una mejor idea de lo que está por venir. Si bien, lógicamente, no han habido muchas respuestas al respecto, hay cierto panorama general, incluso con algunos candidatos posibles.
Primero que nada, es importante resaltar que no es un parlamento, los cardenales no responden a fuerzas políticas y es imposible predecir su voto. De hecho es imposible presentar una lista 100% certera de candidatos pues cualquiera de los 133 electores puede ser electo Sumo Pontífice. Teniendo en cuenta esto, podemos también resaltar que hay dos tendencias principales dentro de la Iglesia Católica y el Colegio Cardenalicio: una reformista y otra conservadora. La tendencia más “modernista” de la Iglesia viene desde el pontificado Juan XXIII y el histórico Concilio Vaticano II que tanta controversia acarrea hasta el día de hoy, pero Francisco fue el papa más reformista, al menos en discurso, del que hemos sido contemporáneos. Desde el nombre pionero, en honor a San Francisco de Asís, hasta sus numerosos actos ecuménicos con otras religiones, el difunto Santo Padre logró acrecentar bastante las controversias por el percibido “modernismo” de la Iglesia.
La gran mayoría de los cardenales electores (107) fueron nombrados por Francisco, por lo que hay cierta expectativa de que su sucesor sea alguien que continúe su legado reformista. Entre los más sonados para continuar directamente la postura de Francisco están su secretario de Estado, Pietro Parolin, visto por muchos como una figura moderada y particularmente vinculada a Francisco, por lo que sería una de las caras más familiares y confiables para el Colegio Cardenalicio. Parolin también cumple con la expectativa de que el próximo papa será un italiano, tras casi 47 años de papas extranjeros de la península itálica. El único cardenal postulado directamente es Mario Grech, arzobispo de Malta, quién fue presentado por el cardenal Jean Claude Hollerich, es un continuista del proceso sinodal del Papa Francisco, cómo secretario general del Sínodo de Obispos. Otro candidato de la continuidad de la línea progresista es el filipino Luis Antonio Tagle, presidente de Caritas Internationalis, quién es considerado uno de los candidatos más progresistas, con postura pro-LGBTQ+, a favor de la lucha contra el cambio climático y a favor del avance a una “iglesia sinodal” (concepto muy defendido por Francisco), además de brindar la posibilidad de ser el primer Papa asiático de la historia. Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia es también una figura fuerte del progresismo, siendo presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y juez del Tribunal Supremo del Vaticano desde 2023. Se ha mostrado varias veces a favor de las causas más progresistas cómo la unión homosexual, el combate contra el cambio climático y nuevamente el avance a una “iglesia sinodal”. Zuppi, sin embargo, ha sido acusado de haberse “desmarcado” de la figura de Francisco como presidente de la CEI y contaría con algunos votos conservadores de cardenales.
El sector conservador ya mencionado ha inspirado varias predicciones de un posible giro hacía el conservadurismo en el Vaticano. Posiblemente el más reconocido sea Robert Sarah, cardenal guineano que se ha convertido en el candidato bandera de los católicos opuestos al reformismo de la Iglesia. Sarah se ha pronunciado contra las reformas de Francisco, contra la unión homosexual, contra la opción del celibato sacerdotal, y demás posturas del sector más “modernista” de la Iglesia. De la misma postura conservadora es el cardenal húngaro Peter Erdo, igualmente opuesto al sector reformista, y mencionado varias veces como una alternativa a los candidatos continuistas. Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, ha adquirido notoriedad por sus posturas conservadoras, su difusión de material de índole conservador entre los cardenales, y su cercana amistad con el presidente estadounidense Donald Trump.
Todos estos nombres son figuras que tienen cierta notoriedad e
influencia como para ser considerados candidatos, principalmente por los fieles
más abiertos a especular con la elección del próximo Papa. Sin embargo, cómo se
mencionó antes, no son candidaturas electorales definidas ni los votos del
Colegio Cardenalicio pueden ser previstos cómo los representantes partidarios
en una elección normal. Por ende es prácticamente impredecible quién será
elegido para dirigir a la Iglesia, lo único que podemos hacer es esperar a
mañana, y de ser el caso los días siguientes, y rezar en que elijan con
sabiduría al que vaya a liderar la Fé.
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