Autor: Leonel Albarenque
La Libertad Avanza dio un golpe de efecto en CABA y avanza con su estrategia electoral de cara a las legislativas de octubre. ¿Estamos ante un reordenamiento del mapa político argentino?
Las elecciones celebradas el pasado domingo 18 de mayo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dejaron mucho más que un resultado favorable para La Libertad Avanza. Por primera vez en casi dos décadas, se rompió la hegemonía del PRO en el distrito más estratégico del país. Pero más allá del triunfo numérico, el verdadero impacto parece haber sido simbólico: el oficialismo libertario logró instalar su agenda en el escenario nacional y consolidar una narrativa de cambio que busca disputarle el poder al antiguo orden político.
Durante 18 años, el PRO dominó la política porteña sin contrapesos. Hoy, ese control entra en jaque ante el avance de un nuevo espacio que promete reformular las reglas del juego. La Libertad Avanza no solo se posiciona como una alternativa electoral, sino como un actor central en la transformación del sistema político argentino. Su discurso antiestablishment, que apunta contra los denominados “Partidos del Estado”, parece haber calado en una parte del electorado cansada de las estructuras tradicionales.
En la antesala de la elección, muchos sectores señalaban que el espacio liderado por Javier Milei no contaba con la estructura suficiente para afrontar una contienda de estas características. Incluso se llegó a poner en duda su capacidad para fiscalizar el acto electoral. Sin embargo, el resultado demostró lo contrario. El propio Presidente suele citar un pasaje bíblico que hoy cobra relevancia:
"La victoria en la guerra no depende de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del Cielo."
Ese triunfo tampoco fue producto del azar. Dos figuras clave estuvieron detrás de la estrategia que logró nacionalizar la elección porteña: Santiago Caputo, asesor estrella del Presidente, apodado “el monje”, y Karina Milei, Secretaria General de la Presidencia, conocida como “la arquitecta”. Ambos integran el núcleo duro del poder libertario, el famoso “triángulo de hierro” que rodea a Milei y define el rumbo político del oficialismo.
Caputo y Karina Milei no solo orquestaron una campaña efectiva, sino que transformaron una contienda local en un referéndum ideológico: la arcaica política representada por el PRO y el PJ frente a una nueva ola de outsiders decididos a romper con el statu quo.
Durante los festejos, el vocero presidencial Manuel Adorni, quien además fue candidato a legislador porteño por La Libertad Avanza, lanzó una frase que sintetizó el desconcierto de la oposición: “No supieron verla” En efecto, el resultado electoral sorprendió a propios y extraños, lo que abre la puerta a un nuevo escenario rumbo a las elecciones legislativas nacionales de octubre.
Un nuevo tablero
En un contexto de transformación política, el tablero comienza a realinearse. La Libertad Avanza ya dejó en claro que buscará redoblar la apuesta para ampliar su presencia en el Congreso. Pero la incógnita pasa por saber cuál será el rol del PRO en este nuevo escenario. ¿Buscará una alianza con los liberales? ¿Intentará recomponer su imagen y competir en solitario?
El partido fundado por Mauricio Macri atraviesa una crisis de identidad. Tras años de liderazgo indiscutido en CABA, se enfrenta a la posibilidad de tener que subordinarse a una fuerza emergente. La pregunta clave es si realmente está dispuesto a cumplir con su promesa de “terminar con el kirchnerismo”, como tantas veces ha dicho Macri, o si su prioridad será sostener su propia estructura.
Del otro lado del espectro político, el peronismo también se enfrenta a una encrucijada. Si bien no logró imponerse en las últimas elecciones, todavía conserva un núcleo duro de apoyo. Sin embargo, la figura de Cristina Fernández de Kirchner —aún central dentro del espacio— comienza a mostrar signos de desgaste. ¿Renovará el PJ su estrategia y su liderazgo? ¿O insistirá con los mismos nombres que ya no logran conquistar al electorado indeciso?
Octubre será decisivo
Las legislativas de octubre se perfilan como un punto de inflexión. No solo se definirán bancas en el Congreso, sino que estará en juego la consolidación o el retroceso de un nuevo orden político. La Libertad Avanza intentará capitalizar su impulso actual y buscará alianzas que le permitan enfrentarse con mayor fuerza al kirchnerismo en los distintos distritos del país.
“Toda marcha acorde al plan”, publicó una cuenta vinculada a Santiago Caputo en la red social X el día después de la elección. Una frase que resume el sentimiento dentro del oficialismo: todo parece alinearse con su estrategia de expansión.
La política argentina atraviesa una transformación profunda. Las estructuras tradicionales pierden terreno frente a nuevas fuerzas que no solo captan votos, sino que también imponen nuevas agendas. El poder ya no está garantizado por la historia, sino por la capacidad de interpretar el momento. En el centro de la disputa está el control del Congreso y, con él, el rumbo del país.
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